Que complicado es amar en un mundo tan enmascarado
Vivimos en un mundo en donde es complicado comprender
durante la adolescencia, juventud y adultes que es amar, es un concepto amplio
y difícil de comprender. Estamos en contacto con muchas películas, series,
libros, canciones en donde se habla del amor, sin embargo, en muchas de estas no
responden a un amor sólido, de compromiso o sea de un amor verdadero.
A lo largo de aproximadamente cuatro años de tener una
amplia introspección de que es lo que soy, que busco y adonde voy, he podido
visualizar el porque de mis gustos personales, como también mis decisiones del
inconsciente, me hacen poder tener una opinión basada en mis experiencias.
Para comenzar tú me dirás que es el inconsciente. Y para
ello vamos a recurrir a un gran pensador llamado Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis,
que divide la mente en tres; Consciente, Preconsciente e inconsciente.
El Consciente representa los pensamientos y percepciones de
los que somos plenamente conscientes. El Preconsciente son aquellos recuerdos y
pensamientos que no están presentes en la conciencia, pero que pueden ser
traídos fácilmente a ella y el Inconsciente que es la parte más profunda de la
mente, donde se alojan los pensamientos, deseos y recuerdos reprimidos.
Con base en poder comprender el inconsciente podemos
comprendernos más, además de poder hacer frente a muchas situaciones en nuestra
vida, porque en el inconsciente normalmente quedan muchos recuerdos dolosos,
que en nuestras vidas amorosas podrán sabotearnos a nosotros y a nuestras
relaciones si no nos conocemos al 100%. Cada vez es más complicado ser uno
mismo. Sin embargo, para amar a alguien realmente tiene que ser la persona uno
mismo. En muchas ocasiones nos gusta aparentar para conquistar, sin embargo, en
el amor verdadero no se queda en el aparenta para lograr la atracción. Ya que
para obtener el amor verdadero tiene que ir integrado 3 engranes para que este
funcione a largo plazo, el cual describiré con detalle.
Eros es el amor apasionado que enciende los sentidos
y despierta un deseo profundo. Es un amor que busca la unión de cuerpos y
almas, una conexión intensa que se manifiesta en miradas ardientes y caricias
que hablan sin palabras. Este amor es como un fuego, vibrante y dinámico, que
consume todo a su paso con su intensidad.
Filia, es el amor que se teje lentamente a través del
tiempo y las experiencias compartidas. Es un vínculo basado en la confianza, el
respeto y el afecto mutuo. Filia florece en la complicidad de las sonrisas
sinceras y en el consuelo de las palabras amables. Es el amor que se encuentra
en la amistad verdadera y en los lazos familiares más estrechos, una conexión
que se nutre de recuerdos y momentos significativos.
Ágape es el amor más puro y desinteresado, una
expresión de bondad y generosidad sin condiciones. Este amor se manifiesta en
actos altruistas y en el deseo sincero de buscar el bienestar del otro sin
esperar nada a cambio. Ágape es un amor que trasciende las barreras de lo
material y se convierte en un faro de luz en la oscuridad, un recordatorio de
que la verdadera esencia del amor reside en la entrega y el sacrificio por los
demás.
Sin embargo hoy en día parece que amar se basa solo en un
intercambio de Eros, olvidándonos de los otros componentes tan vitales, sin
embargo el amor con eros, no se puede mantener con el tiempo, porque al final
si la filia o el ágape no están dentro de la relación, solo se estaría hablando
de una emoción muy grande, cuando amar debe ser un sentimiento que hace abrir
el corazón de los involucrados y para que esto funcione se necesita la autoidentidad,
es decir ser uno mismo y en muchas ocasiones puede que las relaciones se termine
y eso generará que nuestro corazón quede dañado.
El costo de haber amado a alguien suele ser muy doloroso debido
a que fuimos nosotros mismos y es ahí en donde puede entrar la depresión que es
misma del duelo, sin embargo, esas caídas nos sirven para resignificar el
inconsciente y salir fortalecido de las relaciones.
A nadie le gusta caer, o perder, sin embargo, es la manera
más directa a un autoanálisis y desarrollo de nuestra persona para poder volver
a desarrollar la confianza en nosotros mismos y con ello nuestra autoestima,
por el hecho de poder tener el sentimiento no haber sido lo suficiente.
Muchas veces podemos entrar o someternos a relaciones, sin
conocernos a nosotros mismo, con miedos o incertidumbre de lo que pasará, pero
al final de cuentas el dolor y el amor van de la mano. Lo único que podemos hacer
es disfrutar del amor al máximo y si llega el momento que se termine, poder
tener la certeza que lo dimos todo, sin esperar que se terminará, pero al final
nos quedará gran aprendizaje.
Cada relación nos deja un aprendizaje de que sí, y que no quiere
en su vida, por lo tanto, una rotura en el amor nunca será un fracaso, sino más
bien un aprendizaje que nos prepara para el amor verdadero, por lo tanto, no hay
que tenerle miedo a amar.
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