El presente cuento no pretende ser aburrido, a pesar de ser una tarea, se produce con la finalidad de motivar a las personas que no importan las circunstancias lo que importa es tener fe en ti, y en tu mejor amigo Jesús.
Era principios
del siglo XXI, cuando nace un personaje, que poco a poco se darán idea de quién
es, porque el nombre no lo es todo, su historia hace su nombre.
Sus padres
esperaron con mucha ilusión, su madre, desde que supo de su llegará lo bendijo
a María Virgen, la madre de todos. A su hermana mayor, no le gusto en un
principio la idea de tener un hermano menor, lo que no sabía es que iba a ser
de sus mejores amigos y confidente.
El niño comenzó
a vivir una vida normal, ir a la guardería, hacer tarea, ir al catecismo, etc. Un día en la guardería, una profesora se
da cuenta de que tenía un problema con su desarrollo motriz, por lo a partir de
ese momento sus padres acudieron a apoyo, para que el niño pudiera
desarrollarse de forma óptima. Asistieron a terapias, física y de lenguaje, en
diversos lugares DIF / CRIT / Clínica privada. Para él era un niño normal y en
su ignorancia de niño no tenía nada, no había límites para él. Conforme fue
creciendo se dio cuenta de que su cuerpo no corría al igual que los demás, no escribía,
coloreaba, corría, jugaba futbol al igual que los demás.
Fue formado y
exigido como los demás, porque fue ahí donde creció, en donde forjó su carácter,
y su espíritu de perseverar para lograr cada una de sus metas. Una de sus
grandes virtudes, es tener fe en Dios, dejarse ayudar por él, porque con ello
puede realizar todas sus metas.
Según el niño uno
de los aspectos claves para triunfar en la vida, es tener a Dios dentro de ti. Un
Dios que te hace y reta a crecer como persona, que te ayuda a dar lo mejor de
ti, te da todo eso medios para llegar a ser una persona con sentido y
trascendente.
Por ello pudo
realizar por él muchos logros, como el poder caminar sin caerse, poder correr,
brincar y lo que más le gustaba, poder llegar a jugar futbol y sentirse querido
en el equipo.
“Yo puedo” es el título de esta historia,
debido a los logros importantes que definen al dueño de esta historia, el niño
fue forjado como una persona normal, y con ello se venían retos complicados,
como el de poder montar bicicleta, en la que se tardó más de como 3 años en
aprender, debido a su dificultad motriz.
Pero la frase
que marca el éxito y motivación es “Yo Puedo, pedalea, pedalea”. Misma frases
que usa en su día a día para diversos proyectos y actividades, y el hecho de que
una persona se enfoque en un objetivo y lo logré es de campeones.
Cuando era chico
nuestro personaje, él no podía dar más de tres pasos sin caerse en donde
estuviera y después de todas sus terapias y gracias a profesores que están
diseñados para lograr los sueños de sus alumnos logró poder caminar, correr, y
hasta jugar futbol por el mismo, con el apoyo de su equipo, un proceso de años,
pero con dedicación y perseverancia se logran todos tus sueños.
Si le preguntan
al autor cuanto tuvo que practicar para lograr jugar futbol en la liga del
Rogers, cuanto esfuerzo y desempeño le metió, es una cantidad impresionante,
para lograr el objetivo en mente. Lograr tener mínimo un partido siendo
capitán.
Hoy en nuestro
mundo y nuestro país necesitamos personas perseverantes y resilientes para
afrontar la vida. El mundo nos pide ser apóstoles que lleven la luz de Cristo a
cada rincón para contarles que la vida no es fácil, pero con perseverancia,
humildad, amor y felicidad se lograrán todas las metas que se propongan.
Sean agentes de acción positiva, que no les de miedo enfrentarse a ustedes mismos por una meta, practiquen el “yo puedo, pedalea pedalea” y verán que nada es imposible y que los límites, son los que nosotros nos ponemos. Las caídas duelen, el proceso es agotador, pero la herida más profunda es no haberlo intentado. Tú puedes, confía en ti y verás que tus metas realizarás.
Autor Wilbert Carrillo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario